¿Tienes un perro que parece no cansarse nunca, que está siempre alerta, que busca tu atención constantemente y que no para quieto ni un segundo? Es muy probable que hayas pensado: “mi perro es hiperactivo”. Sin embargo, no siempre estamos usando este término correctamente.
La hiperactividad y la sobreactividad en perros son conceptos distintos, aunque a menudo se confunden. Entender la diferencia es clave para ayudar a tu peludo a tener una vida equilibrada y feliz. Y lo más importante: descubrir cómo puedes calmar a un perro hiperactivo o sobreactivo con rutinas saludables.
¿Qué es la hiperactividad en perros?
Cuando hablamos de hiperactividad canina, no nos referimos a un simple exceso de energía. Un perro hiperactivo no es solo un perro inquieto o juguetón: estamos hablando de un trastorno real de comportamiento, que puede afectar a su bienestar y a la convivencia en casa.
Cómo identificar un perro hiperactivo
Un perro hiperactivo suele presentar algunos de estos síntomas:
- Le cuesta muchísimo relajarse, incluso después de hacer ejercicio o de haber jugado.
- Tiene dificultades para dormir o descansar profundamente.
- Muestra una búsqueda de atención exagerada, ladrando, saltando o mordiendo cosas para llamar tu atención.
- Parece no tener control sobre su energía: corre de un lado a otro sin objetivo claro.
- Su frecuencia cardíaca y respiratoria es elevada incluso en reposo.
- Desarrolla conductas destructivas en casa (romper cojines, morder muebles, destrozar juguetes en minutos).
👉 Ojo: que tu perro sea muy activo no significa automáticamente que sea hiperactivo. Por eso es importante diferenciar entre hiperactividad y sobreactividad (lo veremos más adelante).
Principales causas de la hiperactividad canina
Las causas de la hiperactividad en perros pueden ser varias, pero entre las más comunes encontramos:
- Factores genéticos y hereditarios: la hiperactividad, a diferencia de la sobreactividad, tiene un componente hereditario. Algunas líneas de cría transmiten esta predisposición, especialmente en perros de trabajo mal seleccionados (ej. border collie, pastor belga malinois, springer spaniel).
- Falta de estimulación física y mental: un perro que no recibe suficiente ejercicio ni juegos de estimulación mental puede desarrollar comportamientos nerviosos y difíciles de controlar.
- Rutinas inadecuadas: no tener horarios fijos para paseos, comida o descanso genera un estado de ansiedad permanente en algunos perros.
- Manejo incorrecto del propietario: el uso de castigos, la falta de límites claros o la sobreexcitación constante (juegos sin control, gritos, exceso de atención) refuerzan las conductas hiperactivas.
- Problemas de socialización temprana: cachorros que no han sido expuestos de forma positiva a diferentes entornos, personas y estímulos durante sus primeras etapas de vida pueden desarrollar problemas de autocontrol.
¿Qué es la sobreactividad en perros?
A diferencia de la hiperactividad, la sobreactividad no es un trastorno hereditario, sino más bien una exageración de la conducta normal del perro. Dicho de otra forma: son perros completamente sanos, pero con un nivel de energía superior al promedio y una tendencia a reaccionar de manera intensa frente a ciertos estímulos.
Un perro sobreactivo no está permanentemente en alerta, pero sí responde de manera desmedida cuando ocurre algo que le emociona o le estimula demasiado.
Factores que influyen en la sobreactividad
Existen varias razones por las que un perro puede ser sobreactivo:
- Edad: los cachorros y perros jóvenes suelen mostrar mayor sobreactividad porque están descubriendo el mundo y tienen energía de sobra.
- Raza y genética: perros de trabajo como los border collie, pastores alemanes o labradores suelen ser más propensos a mostrar niveles altos de actividad porque fueron seleccionados para realizar tareas exigentes.
- Falta de autocontrol aprendido: si un perro no ha aprendido a gestionar su excitación, responderá siempre con saltos, ladridos o carreras descontroladas ante cualquier estímulo.
- Manejo del entorno: un tutor que refuerza estas conductas (riéndose, acariciando o prestando atención cuando el perro se sobreactiva) puede hacer que se vuelvan habituales.
Diferencias entre hiperactividad y sobreactividad
Aquí es donde muchos tutores se confunden. ¿Cómo saber si mi perro es hiperactivo o simplemente sobreactivo? Veamos las diferencias más claras en esta tabla comparativa:
Característica | Hiperactividad | Sobreactividad |
---|---|---|
Origen | Hereditaria, factor genético | No hereditaria, depende del entorno |
Estado general | Siempre en alerta, sin relajación | Tranquilo en reposo, se activa con estímulos |
Ritmo cardíaco y respiratorio | Elevado incluso en descanso | Normal, varía según la actividad |
Descanso | Dificultad para dormir profundamente | Duerme con normalidad, aunque menos que otros |
Atención | Búsqueda exagerada e incontrolada | Búsqueda frecuente, pero situacional |
Actividad | Sin objetivo, descontrolada | Con propósito: jugar, saludar, explorar |
Concentración | Muy baja, no se calma con facilidad | Puede concentrarse en ejercicios o juegos |
Conductas destructivas | Frecuentes y persistentes | Ocasionales, relacionadas con momentos de excitación |
La clave para diferenciar ambos casos está en cómo se comporta tu perro cuando no hay nada que lo estimule:
- Si aún así está nervioso, jadea, corre de un lado a otro y no logra descansar → probablemente sea hiperactividad.
- Si está tranquilo y solo se altera en momentos puntuales → hablamos de sobreactividad.
Ejemplo de perro hiperactivo
Imagina que llegas a casa después de un largo paseo con tu perro, de casi una hora. Ha corrido, ha jugado, ha socializado… pero al volver al salón, en lugar de tumbarse a descansar, sigue corriendo de un lado a otro, saltando sobre los muebles y ladrando sin parar.
Aunque no hay nada que lo estimule, no consigue relajarse. De hecho, parece que su energía no se agota nunca. Ese es un perro hiperactivo.
Ejemplo de perro sobreactivo
Ahora piensa en un perro que está tranquilamente descansando en su cama. Todo está en calma… hasta que suena el timbre. En ese instante, se levanta de un salto, ladra, corre hacia la puerta y se pone a dar saltitos para recibir a la visita.
Pasado un rato, cuando la persona ya ha entrado y el ambiente se calma, el perro vuelve a tumbarse y se relaja otra vez. Ese es un perro sobreactivo.
¿Ves la diferencia?
- El perro hiperactivo no descansa nunca, aunque no pase nada.
- El perro sobreactivo se altera solo en momentos concretos, pero después se calma.
Cómo calmar a un perro hiperactivo o sobreactivo
Tanto si tu perro es hiperactivo como si es sobreactivo, la clave está en enseñarle a canalizar su energía y encontrar momentos de calma. No se trata de “cansarlo hasta que reviente”, sino de darle rutinas equilibradas que combinen ejercicio, estimulación mental y descanso.
Aquí tienes consejos fáciles de aplicar en casa:
1. Establece rutinas claras
Los perros necesitan saber cuándo toca cada cosa: pasear, comer, jugar y descansar. Si cada día cambias los horarios, tu perro vivirá en un estado de incertidumbre que aumenta la ansiedad.
Ejemplo sencillo:
- Paseo por la mañana a la misma hora.
- Juegos después de comer.
- Paseo de la tarde para explorar y oler.
- Ratito de calma antes de dormir.
¿SABÍAS QUÉ? Los perros son animales de costumbres: cuando tienen una rutina fija, se relajan más rápido. |
2. Ejercicio físico adecuado
El ejercicio es fundamental, pero ¡ojo! No es solo “cansarlo por cansarlo”. Un exceso de actividad también puede provocar el efecto contrario: más excitación.
Lo ideal es adaptar la actividad a su edad, raza y nivel de energía.
- Perros jóvenes y enérgicos → paseos largos, correr junto a la bici o juegos de pelota controlados.
- Perros adultos tranquilos → paseos moderados, juegos suaves y caminatas explorando nuevos lugares.
Tip: los paseos de olfato (dejar que huela todo con calma) cansan más que correr sin parar.
👉También te dejamos por aquí este artículo con un montón de ideas de juegos al aire libre para disfrutar con tu perro.
3. Juegos de estimulación mental
La mente de tu perro también se cansa, y a veces mucho más rápido que su cuerpo. Introducir juegos de inteligencia que lo hagan pensar es una de las mejores formas de ayudar a reducir la hiperactividad o sobreactividad.
Ejemplos fáciles:
- Esconde trocitos de comida por la casa para que los busque con el olfato.
- Usa juguetes tipo Kong rellenos de pienso o comida húmeda.
- Ofrécele una alfombra olfativa con premios escondidos entre los pliegues.
4. Entrenamiento con refuerzo positivo 🐾
La obediencia básica (sentarse, tumbarse, acudir a la llamada) no es solo educación: también es una forma de que tu perro aprenda a concentrarse y autocontrolarse.
Haz sesiones cortas de 5 minutos varias veces al día:
- Pídele que se siente antes de darle la comida.
- Enséñale a esperar antes de cruzar la calle.
- Refuerza con premios o caricias cuando esté tranquilo, no solo cuando esté excitado.
Esto ayuda mucho más de lo que parece. Si necesitas más información, aquí tienes una guía completa sobre el refuerzo positivo en perros y cómo aplicarlo.
5. Controla el juego
El juego debe ser divertido, pero también controlado. Si notas que tu perro se excita demasiado, para un momento la actividad.
Por ejemplo: si estás jugando a lanzar la pelota y empieza a ladrar sin parar o a saltarte encima, guarda la pelota, espera a que se calme y luego continúa. Así aprende que la calma tiene recompensa.
6. Ignora la búsqueda excesiva de atención
Un error muy común es dar atención cuando el perro la pide de forma exagerada (ladridos, saltos, empujones). Si lo acaricias en ese momento, él aprende: “cada vez que me pongo pesado, consigo lo que quiero”.
Mejor estrategia:
- Ignóralo hasta que se calme.
- Cuando esté tranquilo, entonces sí dale cariño o juego.
De esta manera, entiende que la calma es la que abre la puerta a la atención.
Si notas que tu perro se excita demasiado en la calle persiguiendo coches, niños u otros estímulos, visita este post: ¿Por qué mi perro persigue coches, niños y otros estímulos en la calle? Allí encontrarás estrategias específicas para gestionar este tipo de conductas. |
¿Debo preocuparme si mi cachorro es hiperactivo?
Muchos tutores se asustan porque su cachorro no para quieto un segundo: corre por la casa, muerde muebles, ladra, salta encima de todo el mundo y parece tener “pilas infinitas”. Pero ojo: en la mayoría de los casos, esto no significa que sea hiperactivo, sino que simplemente se comporta como un cachorro normal.
Ahora bien, si tu cachorro pasa del año y medio de edad y sigue mostrando un comportamiento extremo, entonces sí podría ser algo más que simple energía juvenil.
Algunas señales para prestar atención:
- Le cuesta muchísimo relajarse incluso después de pasear o jugar.
- Tiene problemas para dormir profundamente por la noche.
- Sus ladridos y saltos por atención son constantes e incontrolables.
- Parece que nada lo cansa: ni paseos, ni juegos, ni entrenamiento.
- Tiene conductas destructivas repetitivas y graves.
En ese caso, conviene consultar con un veterinario o un etólogo canino para valorar si se trata de hiperactividad real.
Tanto la hiperactividad como la sobreactividad pueden ser un reto, pero la buena noticia es que con rutinas, paciencia y estimulación adecuada, la mayoría de perros mejoran muchísimo.
- Si es hiperactivo, céntrate en establecer rutinas, estimulación mental y control del juego.
- Si es sobreactivo, ayúdalo a gestionar su excitación en momentos concretos.
- En cachorros, recuerda que la mayoría de las veces se trata solo de energía normal por la edad.
Y sobre todo, ten presente que tu perro no “es malo” ni “desobediente”: simplemente necesita tu ayuda para aprender a equilibrarse.
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Hola, acabo de adoptar una cocker ruana de seis años proveniente de un criadero. Suelen estar en cheniles y sus salidas sociales son los concursos o las visitas al veterinario. Solo les liberan dentro de la misma finca para que corran un poco y hagan cus necesidades. Ha criado hace unos meses. La perrita es un animal de competición de belleza. Hace tres dias que la tengo y anteriormente he adoptado a su padre azul ruano también que es infinitamente más tranquilo.Llega a agobiarlo y le huye. Pero ella desde que está conmigo jadea continuamente, no para de moverse y quiere estar pegada a mí de forma permanente. Si no estoy yo, se muestra tranquila y relajada. No es que me vuelva loco, pero no quiero que vaya a más y me gustaría tener alguna pauta o consejo a tener en cuenta. Además no orina en la calle, pero si defeca. Aunque imagino que serà custión de hábito, porque en la terraza si lo hace si le abro.
gracias por sus consejos, ya se le han aplicado el estimular con castigo y premios, horarios para comida, pero ella quiere comer todo el día, no tiene saciedad, tiene 8 meses, ya tuvo su primer celo, pero es demasiado inquieta no atiende ordenes solo cuando nos mira ya molestos. si alguien me pudiera orientar sobre como trabajar con ella les agradecería. mi perrita es una guáimaran, se llama Kihara.
Tenéis enlazado el “castigo positivo” a los tipos de refuerzos. De todos modos no es correcto decir que el castigo no elimina la conducta, sea positivo o negativo (añadir algo o sustraer algo) el castigo elimina conductas y el refuerzo mantiene conductas en el tiempo. Vigilad con los conceptos, un abrazo.
PD: existen infinidad de técnicas de modificación de conducta, castigo y refuerzo son solo dos. Además, refuerzos hay tipificados 16.
PD2: importante no confundir positivo y negativo como agradable o desagradable. En adiestramiento positivo es añadir y negativo quitar.
Gracias por el artículo. Tengo una perra de 9 meses de edad e es sobre activa según vuestro artículo, en este momento estoy entrenando-la e crear actividades mas diversas e el problema está desapareciendo ha los poquitos. Espero con curiosidad el próximo artículo.