¿Tu perro no quiere pasear? Motivos y qué puedes hacer

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Los paseos son momentos fundamentales para el bienestar físico y emocional de nuestros perros. Sin embargo, puede ocurrir que, de repente, tu perro se niegue a salir a la calle o muestre resistencia al paseo. En este artículo, vamos a ver por qué puede estar pasando esto y qué puedes hacer para ayudar a tu perro a disfrutar de los paseos otra vez.

¿Por qué mi perro no quiere salir a pasear?

Si tu perro de repente se queda quieto frente a la puerta, tira hacia atrás con la correa o simplemente se niega a moverse, es normal que te preguntes qué está pasando. Hay varias razones por las que un perro puede dejar de querer salir a pasear.

Tiene miedo de algo afuera

El miedo es una causa muy común por las que un perro puede mostrarse reacio a salir. Los perros pueden asustarse por cosas que para nosotros pueden pasar desapercibidas.

  • Ruidos fuertes y repentinos: petardos, tormentas, camiones ruidosos o incluso el claxon de un coche.
  • Otros animales o personas: un encuentro negativo con otro perro agresivo, un gato territorial o incluso una persona que le asustó pueden dejar una huella duradera.
  • Lugares desconocidos: un cambio reciente de residencia o una nueva ruta de paseo pueden generar inseguridad en algunos perros.

Si sospechas que tu perro tiene miedo a los sonidos fuertes, puede ser muy útil seguir algunos consejos para ayudarlo a gestionar esa ansiedad. Te recomendamos leer nuestro post sobre Animales y pirotecnia: consejos para manejar el miedo a los ruidos.

No le gusta la correa o el arnés

En algunos casos, el problema no es salir, sino el equipo que usamos. Un arnés mal ajustado, un collar que aprieta o una correa muy corta pueden hacer que tu perro se sienta incómodo y no quiera caminar.

También puede que simplemente no esté acostumbrado a llevar correa y necesite tiempo para adaptarse. Para ayudarte, puedes echar un vistazo a nuestro post sobre cómo enseñar a un cachorro a pasear con correa.

Está estresado o ansioso

El estrés también juega un papel importante. Cambios en la rutina, un ambiente tenso en casa, la llegada de otro animal o incluso cambios en el clima pueden hacer que tu perro se sienta inseguro y que no tenga ganas de salir.

Aunque pueda parecer contradictorio, un perro con ansiedad por separación puede resistirse a salir si interpreta el paseo como el preludio a quedarse solo en casa.

Experiencias negativas previas

Las experiencias negativas pueden dejar una huella profunda en la psique de un perro. Un incidente aislado durante un paseo anterior puede ser suficiente para generar una aversión duradera. Una caída, un ataque de otro perro, una persecución por parte de un animal o incluso una interacción intimidante con una persona pueden hacer que el perro asocie el exterior con peligro.

No está acostumbrado a pasear

Si es un cachorro o un perro que ha pasado mucho tiempo sin salir (como algunos perros adoptados o rescatados), puede que simplemente no sepa cómo comportarse en la calle. Todo le resulta nuevo, ruidoso y un poco abrumador. La calle puede parecer un lugar caótico si no ha sido bien socializado.

Problemas de salud o dolor

El dolor o el malestar pueden hacer que cualquier movimiento, incluso un paseo tranquilo, sea una experiencia desagradable.

  • Artritis y problemas articulares.
  • Lesiones recientes como esguinces, torceduras, heridas o incluso una simple uña encarnada.
  • Problemas cardíacos o respiratorios.
  • Problemas gastrointestinales como malestar estomacal o náuseas.

Edad avanzada o fatiga

Los perros mayores pueden experimentar una disminución en su nivel de energía y resistencia, lo que puede hacer que prefieran descansar en lugar de salir a pasear. Además, los cachorros también pueden mostrar resistencia si están cansados o sobreestimulados.

Simplemente falta de motivación

A veces, la razón por la que tu perro no quiere pasear es más sencilla de lo que pensamos: ¡simplemente no está motivado!

  • Aburrimiento: si la ruta es siempre la misma, sin nuevos olores ni estímulos interesantes, el paseo puede volverse monótono para el perro.
  • Falta de recompensa: si el paseo no se asocia con nada positivo (juego, caricias, premios), el perro puede no ver el incentivo para salir.
  • Condiciones climáticas desfavorables: lluvia intensa, frío extremo o calor sofocante pueden hacer que incluso el perro más entusiasta prefiera quedarse en casa.

Qué hacer cuando un perro no quiere salir a pasear

Empieza por identificar la causa

Antes de aplicar soluciones, observa a tu perro. ¿Tiene miedo? ¿Cojea? ¿Se pone nervioso cuando ve la correa? Saber por qué no quiere salir te ayudará a elegir el mejor camino. A veces, una visita al veterinario es lo primero que se necesita para descartar problemas físicos.

Usa el refuerzo positivo

El refuerzo positivo es una herramienta poderosa. Premia a tu perro cada vez que dé un pequeño paso en la dirección correcta. Por ejemplo:

  • Si se acerca a la puerta: premio.
  • Si acepta que le pongas la correa: premio.
  • Si da unos pasos fuera de casa: otro premio.


Y no todo tiene que ser comida: también sirven los mimos, palabras suaves o su juguete favorito. La idea es que asocie el paseo con algo bueno y agradable.

No lo obligues ni lo arrastres

Tirar de la correa o forzarlo solo aumentará su miedo o incomodidad. Si tu perro no quiere caminar, respira hondo y dale tiempo. A veces es mejor retroceder unos pasos y trabajar dentro de casa o en el jardín antes de salir a la calle.

Acorta los paseos y elige lugares tranquilos

Si la calle lo asusta, no lo lleves directamente a sitios ruidosos o llenos de gente. Empieza con paseos cortos, en zonas tranquilas. Incluso puedes dar vueltas alrededor de la manzana o simplemente sentarte con él frente a casa para que observe el entorno sin presión.

Haz que la salida sea divertida

Transforma el paseo en un momento entretenido para tu perro. Llévate sus premios favoritos, su juguete preferido o planea un paseo que termine en algo que le encante, como un parque tranquilo o una visita a su “amigo perro”.

Además, aprovecha el aire libre para jugar con él: lanzar una pelota, practicar con un frisbee… aquí te dejamos una lista con un montón de ideas de juegos al aire libre para disfrutar con tu perro.


Introduce la correa gradualmente

Si tu perro se asusta con la correa o no sabe cómo caminar contigo, practica en casa. Ponle la correa, camina por pasillos o habitaciones, prémialo cuando camine contigo y haz que ese momento sea divertido y sin presiones.

Revisa el equipo de paseo

¿La correa es demasiado corta? ¿El arnés le aprieta? ¿El collar le incomoda? A veces, cambiar de arnés o probar una correa más larga puede hacer maravillas. Busca un equipo cómodo, ligero y adaptado a su tamaño y tipo de cuerpo.


Para ayudarte a elegir el mejor equipo de paseo para tu perro, te recomendamos leer nuestras comparativas y guías sobre:

Establece una rutina

Los perros aman la rutina. Intenta salir siempre a la misma hora, por el mismo sitio, y poco a poco verás que tu perro se sentirá más seguro y predispuesto. La constancia le da seguridad.

Si quieres saber más sobre cómo hacer de cada paseo una experiencia correcta y agradable para ti y tu perro, no te pierdas nuestros consejos para pasear a un perro correctamente.

Consulta con un profesional si es necesario

Si has probado todo y tu perro sigue sin querer salir, no te frustres. Puede que necesite la ayuda de un educador canino o un etólogo. Estos profesionales pueden enseñarte cómo manejar la situación de forma personalizada y respetuosa con tu perro.

CONSEJO: Sé paciente. Cada perro avanza a su ritmo. Lo más importante es que tu perro se sienta seguro y escuchado. No busques resultados rápidos, busca una experiencia de paseo feliz y relajada para ambos y premia los pequeños avances.

Mi perro no quiere pasear con correa

Si tu perro se queda quieto, se tira al suelo o trata de quitarse la correa cada vez que se la pones, es posible que no se sienta cómodo con ella. Esto puede deberse a que la asocia con una experiencia negativa, o simplemente porque no está acostumbrado a llevarla. También puede ser que el arnés o collar le rocen, le aprieten o no estén bien ajustados.

Para ayudarlo, empieza por enseñarle a relacionar la correa con algo positivo. Puedes dejar que la huela, ponérsela por unos minutos dentro de casa mientras lo premias y luego quitársela, todo sin salir. Repite esto varios días hasta que se sienta cómodo. Luego, da pequeños paseos en casa o en el jardín, premiando cada paso que dé sin tensión. Lo ideal es que el paseo sea tranquilo, sin tirones, y que la correa tenga algo de holgura para que no se sienta limitado.

Hacer que tu perro supere la resistencia a salir a pasear puede llevar tiempo y esfuerzo, pero con paciencia y un poco de dedicación, ¡seguro que lo conseguirás! Recuerda que cada perro es único y tiene sus propias experiencias y miedos, así que es importante que adaptes tu enfoque a lo que él necesita. ¡Ánimo, y a disfrutar de esos paseos juntos!

Si quieres seguir mejorando los paseos con tu mejor amigo, no te pierdas estos posts:

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