Los lobos salvajes

El lobo es una de las especies más incomprendidas y maltratadas del reino animal. Su mala fama ha sido abonada por historias como las de Caperucita Roja y Los tres cochinillos e infinidad de caricaturas y películas en las que se ve al lobo como un ser malvado y agresivo. Estos cuentos infantiles hacen que los niños crezcan con la idea del “lobo malo” y se prolongue esta falsa creencia.

Ellos han sido catalogados muchas veces como maléficos devoradores de personas, asesinos o seres venidos del mismísimo infierno. En realidad son animales tímidos, gentiles y cariñosos. Incluso se sabe de niños que han sido criados por lobos salvajes, niños pequeños que podrían haber sido presa fácil de estos animales si ellos lo hubieran querido. Hay abundante documentación sobre estos casos de lobos que han adoptado, criado y protegido a niños como a cualquier otro miembro de la manada.

Desde hace siglos, y aún en la actualidad, el lobo ha sido perseguido, cazado y obligado a retirarse de los sitios donde vive el hombre, y muchas especies han desaparecido. El lobo más común en la actualidad es el lobo gris y sus subespecies distribuidas por el mundo.

La manada y la comunicación de los lobos salvajes

Una manada de lobos consiste básicamente en una pareja alfa o principal (macho y hembra) que permanecen juntos de por vida (aunque no son necesariamente monógamos), sus cachorros o lobeznos y un número variable de machos y hembras adultos subordinados. La manada come, duerme, caza, juega, pelea en conjunto y sus miembros tienen una relación muy estrecha.

Los lobos se comunican entre sí en una variedad enorme de formas, usando sonidos como gruñidos, aullidos (que les sirven para comunicarse a grandes distancias), ladridos más cortos y menos frecuentes que los de los perros, lenguaje corporal y el toque físico. El lenguaje corporal de los lobos salvajes es muy rico y ha sido muy estudiado, ya que es la base para entender gran parte del comportamiento de nuestros perros domésticos. Mediante este lenguaje los lobos determinan su rango, su dominancia o sumisión, si están asustados o enfadados y se evitan así peleas innecesarias, ya que aclaran todo “hablando”.

El aullido es otra soberbia herramienta del lenguaje. No es cierto que los lobos aúllen a la luna, sino que lo hacen por varias razones. Por ejemplo para saludar o tratar de localizar a otro miembro de la manada, para encontrar a un grupo que ha salido a cazar o jugar. A veces puede servir de aviso ante un peligro o de barrera invisible para que otros lobos salvajes ajenos a la manada no entren en su territorio. A menudo cuando un lobo aúlla, dos o tres más se le unen y forman un coro impresionante, ya que cada uno “canta” con tonos diferentes, subiendo y bajando, siempre acordes, nunca al unísono pero jamás disonantes.

Estructura social del lobo

Las manadas están organizadas con una estricta estructura social. El tamaño puede variar según factores como el territorio, la disponibilidad de caza y las personalidades de los miembros. Lo más habitual es que tengan entre 2 y 6 miembros, pero se han visto manadas de 20 lobos salvajes. La jerarquía es muy marcada y abarca todas las actividades del grupo, desde quien come primero hasta quién puede procrear. Los alfa siempre a la cabeza y en último lugar los omega. La pareja alfa no da órdenes, solo tiene más libertad para escoger qué hacer y a donde ir sin oposición y los demás usualmente los siguen.

En manadas grandes puede haber una pareja beta. Usualmente solo la pareja alfa tiene la libertad de procrear y toda la jauría colabora en la cría de los lobeznos. El índice de mortalidad de cachorros en estado salvaje es alto y pocos sobreviven al primer invierno, es por eso que es una mejor estrategia de supervivencia que haya pocos cachorros y muchos adultos para cuidar de ellos. La expectativa de vida de un lobo salvaje es de 6 a 7 años, mientras que en cautiverio pueden llegar a los 20; y las principales causas de muerte son la caza furtiva, los accidentes automovilísticos y las heridas causadas por otros lobos o por sus presas.

El orden de los rangos se mantiene por una serie de rituales de pelea, lucha y de posturas. Los lobos salvajes prefieren la guerra psicológica a tener que pelear realmente, y el animal de más rango no es siempre el más fuerte o más grande, sino el que tiene la personalidad o actitud adecuadas. Esto lo vemos también en los perros, cuando un perro pequeño somete a uno grande más tímido. En grupos grandes o de animales jóvenes, el orden de jerarquía puede cambiar continuamente, alternándose entre un lobo y otro.

Nuevas manadas se forman cuando un lobo abandona su grupo original y reclama un territorio como suyo. A veces camina grandes distancias junto con otros lobos salvajes que se le han unido hasta encontrar un sitio apropiado.

Los lobos son animales carnívoros y en grupo pueden cazar cualquier animal herbívoro. Los lobos solitarios, en cambio, buscan presas más pequeñas, incluso roedores. Cuando las manadas atacan a animales grandes se estima que solo una de cada diez persecuciones tiene éxito. Como la comida es difícil de conseguir, también son oportunistas y comen cualquier cosa que encuentren y que esté razonablemente fresca. Tienen una resistencia física excepcional y pueden recorrer grandes distancias manteniendo el paso en busca de alimento.

 

Es hora de que cambiemos la imagen negativa que se tiene de los lobos salvajes. Afortunadamente esto está ocurriendo lentamente gracias a numerosos documentales que muestran el lado sociable, paternal y noble del lobo, así como proyectos conservacionistas que buscan educar al público en general. Un ejemplo de esto es el del Parque Yellowstone en los Estados Unidos, donde se lleva a cabo un programa de cría y reintroducción de lobos que ha resultado en un aumento de visitas al parque. Hoy podemos ver a los turistas aullando con la esperanza de que algún lobo cercano les responda.

Ayudante Técnico Veterinario especializada en etología canina. Tiendanimal me ha permitido durante años trabajar en lo que más me apasiona: el mundo animal. Compagino mi trabajo colaborando como voluntaria en protectoras, santuarios, reservas y cualquier evento o actividad relacionada. He realizado diversos seminarios y cursos relacionados con la educación canina, las aves, la primatología y un largo etcétera. Disfruto aprendiendo cada día de estos increíbles compañeros con los que tenemos la suerte de convivir.

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