Si convives con un gato, es casi seguro que alguna vez has extendido la mano para hacerle cosquillas en la barriga, mover los dedos como si fueran “presas” o jugar a que tu mano es un ratoncito. Es muy tentador, sobre todo cuando son pequeños. Pero… ¿es buena idea jugar con gatos con las manos?
En este artículo te contamos qué supone jugar así con tu gato, por qué no es lo más recomendable y cómo podéis seguir pasándolo bien juntos de una manera segura y respetuosa.
¿Es bueno jugar con gatos con las manos?
En general, no es la mejor idea. Y si lo has hecho alguna vez, no pasa nada: es algo muy común y casi todos hemos empezado así.
El motivo es simple: las manos no deberían formar parte del juego, porque el gato tiene que asociarlas con calma y cariño, no con persecuciones ni mordiscos. Cuando jugamos con los dedos o la mano entera, sobre todo con gatitos, les enseñamos sin querer que atacar esa parte de nuestro cuerpo está permitido.
Lo que de pequeños parece inofensivo, más adelante puede acabar en arañazos, mordiscos o situaciones incómodas. Por suerte, es algo fácil de evitar si elegimos otras formas de jugar.
Por qué los gatos atacan manos y dedos durante el juego
Como acabamos de comentar, usar las manos como juguete puede traer problemas, y la razón está en cómo lo interpreta un gato. Aunque viva en un piso y tenga todo lo que necesita, su instinto sigue siendo el de un depredador. Para él, el juego es una forma de practicar la caza: acechar, perseguir, saltar, atrapar y morder.
Por eso, cuando mueves los dedos delante de su cara, tu gato no ve “tu mano”, ve una presa pequeña que se mueve. Su cerebro solo le dice una cosa: atrapa eso.
Si además la mano se mueve rápido o “huye”, el juego se vuelve aún más emocionante y refuerza esa idea. Con el tiempo, tu gato puede aprender que cualquier mano que se acerque es algo que se puede cazar, incluso cuando solo quieres acariciarlo.
Por eso, para él, tus manos dejan de ser un gesto de cariño y pasan a convertirse en un juguete.
¿Por qué no debes jugar con gatos con las manos?
Jugar con las manos puede parecer algo inocente, pero tiene varios riesgos que conviene conocer para evitar problemas tanto contigo como con tu gato.
Lesiones y arañazos: consecuencias para humanos y gatos
Lo primero y más evidente: los arañazos y mordiscos. Aunque tu gato solo esté jugando, puede hacer daño sin querer. Sus uñas son afiladas y sus dientes están pensados para agarrar, no para medir la fuerza.
En nosotros, estos arañazos pueden causar heridas o pequeñas infecciones, sobre todo si no se limpian bien.
También tu gato puede salir perjudicado. Cuando reaccionamos de forma brusca para apartar la mano, es fácil darle un golpe sin querer o asustarlo. Si esto ocurre a menudo, puede empezar a asociar tus manos con algo negativo.
Problemas de comportamiento que puede desarrollar tu gato
Más allá de los arañazos, el verdadero problema es que jugar con las manos fomenta conductas que luego son difíciles de frenar.
Puede aparecer:
- Agresión por juego: saltos a las manos, ataques a tobillos, mordiscos inesperados.
- Sobreexcitación: el gato se viene arriba y no sabe parar.
- Poca tolerancia al contacto: no permite caricias sin morder o agarrar.
Si quieres entender mejor cómo interpretan ellos el juego, te puede ayudar este otro artículo: ¿Cómo juegan los gatos? Aprende a diferenciar entre juego y pelea.
Refuerzas conductas inadecuadas sin darte cuenta
Muchas veces no nos damos cuenta de que estamos premiando justo lo que queremos evitar.
Si tu gato muerde tu mano y tú la mueves, haces ruido, corres o sigues jugando como si nada… para él es perfecto: la “presa” responde, el juego continúa y todo se vuelve más divertido.
Para corregirlo, lo ideal es hacer justo lo contrario: si hay dientes o uñas en tu piel, el juego se acaba, y cuando se calma, se ofrece un juguete adecuado.
Riesgos para niños y personas vulnerables
En casas con niños pequeños, personas mayores o alguien con la salud delicada, esta recomendación se vuelve aún más importante.
- Los niños suelen moverse rápido, hacer ruidos y no medir la fuerza, lo que puede sobreexcitar al gato y provocar un ataque más fuerte.
- En personas con defensas bajas, un arañazo que para ti es algo menor puede convertirse en un problema mayor.
En estos casos, es fundamental enseñar desde el principio que las manos son para acariciar y que los juguetes son los que reciben los mordiscos y arañazos.
Alternativas seguras para jugar con tu gato
La buena noticia es que puedes seguir jugando muchísimo con tu gato sin poner en riesgo tus manos. De hecho, el juego es fundamental para su bienestar físico y mental. Solo necesitas cambiar las manos por juguetes y juegos pensados para estimular su instinto cazador: cañas, pelotas, plumeros, juguetes tipo presa… Hay muchas opciones.
👉Si quieres ver ideas y cómo aplicarlas paso a paso, te recomendamos leer “Cómo jugar con tu gato: claves para hacerlo bien y disfrutar juntos”.
Y si además buscas renovar su parque de entretenimiento, en Tiendanimal puedes descubrir nuestros juguetes para gatos y encontrar el estilo de juego que mejor encaje con él.
Cómo corregir a un gato que ya está acostumbrado a jugar con las manos
Si tu gato ya ha aprendido a jugar así, no pasa nada: con un poco de constancia y cambios sencillos puedes reconducirlo.
Técnicas de modificación de conducta sin castigos
El objetivo no es regañar ni asustar, sino cambiar la asociación que tu gato tiene con tus manos.
- Evita castigos como gritos, golpes o sprays de agua: solo generan miedo y empeoran el problema.
- Deja de usar las manos como juguete desde ahora.
- Si intenta morder o arañar, detén el juego y quédate quieto unos segundos; ignorarlo es más efectivo que regañarlo.
- Cuando se calme, ofrécele un juguete para redirigir la energía.
- Refuerza con caricias o una pequeña recompensa cuando se acerque a tus manos de forma tranquila.
Cuando vuelvas a jugar, utiliza siempre un juguete que mantenga tus manos fuera del juego. Si necesitas inspiración, en la guía de tipos y mejores juguetes para gatos encontrarás opciones que funcionan especialmente bien para esto.
Qué hacer si tu gato muerde o araña durante el juego
Cuando ocurra (porque ocurrirá de vez en cuando):
- No retires la mano de golpe, porque eso activa aún más su instinto de caza.
- Quédate quieto hasta que afloje, y entonces retira la mano con calma.
- Termina la interacción unos minutos para que entienda que así el juego se acaba.
- Si retomas después, hazlo siempre con un juguete, nunca con la mano.
- Si la herida es profunda, limpia bien y consulta con un profesional de la salud si es necesario.
A veces, el problema no está solo en el juego, sino en que el entorno no estimula lo suficiente al gato. Si quieres aprender a crear rutinas más completas y un ambiente que realmente lo active, te recomendamos echar un vistazo a nuestra guía sobre enriquecimiento ambiental para gatos.
| ¿Cuándo acudir a un etólogo felino? |
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| Si los ataques son frecuentes, intensos o tu gato se sobreexcita con facilidad, puede haber algo más detrás: estrés, miedo o dificultades para gestionar la frustración. En estos casos, lo mejor es consultar con un etólogo o veterinario, que podrá evaluar la situación y ofrecer un plan adaptado a vuestro caso. |
Conclusión
Jugar con tu gato es una de las mejores formas de fortalecer vuestra relación, pero es importante hacerlo de manera segura. Usar las manos como juguete puede parecer inofensivo al principio, pero a la larga genera hábitos difíciles de corregir y situaciones que no siempre son cómodas para ninguno de los dos. Por suerte, con pequeños cambios y un poco de constancia, es fácil redirigir esa energía hacia juegos adecuados que respeten sus necesidades y protejan tus manos.
Lo más importante es ofrecer alternativas que permitan a tu gato expresar su instinto de caza sin convertir tu piel en parte del juego. Cuando aciertas con el tipo de juego, todo fluye: él se siente estimulado y tú disfrutas sin preocupación.
Si quieres seguir aprendiendo sobre cómo mejorar sus sesiones de juego, te recomendamos echar un vistazo a estos artículos:
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