Hay historias que empiezan con una idea que se instala poco a poco, sin prisa, como si esperara el momento adecuado para hacerse realidad. Eso le ocurrió a Daniel, que llevaba meses pensando en adoptar un perro. hasta que, con la llegada del nuevo año, decidió que ya no quería posponerlo más y lo convirtió en un propósito firme.
Lo que no imaginaba era que ese propósito le llevaría directamente a Finn, un perro que había pasado por más de lo que podía contarse en una simple ficha de adopción, y que cambiaría su vida de una forma tan natural como necesaria.
A continuación, te contamos su historia. 🐶💗
El encuentro: una foto, una visita y una conexión inesperada
A principios de este año, Daniel sintió que era el momento adecuado para dar un paso que llevaba tiempo pensando: adoptar a un perro.
El cambio de año le pareció el impulso perfecto para añadir un nuevo integrante a su vida, así que comenzó a buscar en distintas plataformas de adopción. Entre ellas encontró la web de Adopta con Tiendanimal, un sitio del que ya había escuchado buenos comentarios y que le inspiró confianza para seguir explorando.

Mientras revisaba fotos y perfiles de diferentes perros, uno consiguió detenerlo por completo: Finn. Era un perro de una protectora en Toledo que había sido encontrado meses antes, abandonado y con un dedo de una pata roto. Quienes lo recogieron pensaban que probablemente había sido de un cazador que lo dejó atrás.
Daniel hizo la solicitud y habló con la protectora para irle a visitar.
Al llegar, hubo algo que le llamó la atención de inmediato: a diferencia de los demás perros, Finn se mantenía muy al margen de las personas. No mostraba miedo ni agresividad; simplemente parecía indiferente, como si no esperara demasiado de nadie.
Sin embargo, durante la visita ocurrió algo que a Daniel le resultó inesperado. Aunque Finn no jugaba ni buscaba atención, sí se acercaba a él y se sentaba a su lado, en silencio, como si esa presencia le resultara cómoda.
Este detalle hizo que Daniel se decidiera finalmente a adoptar a Finn, así que completó la solicitud personalmente y a los pocos días la protectora a cargo le confirmó que podía ir a recogerlo.
Un comienzo lleno de descubrimientos: aprender a jugar desde cero
Cuando Finn llegó a casa, Daniel se encontró con algo que no esperaba: Finn no sabía jugar.
Le compró pelotas y juguetes sencillos para animarlo a interactuar, pero el perro no sabía cómo usar ninguno de ellos. No entendía qué hacer, por más simples que fueran.
Para Daniel, este detalle fue uno de los que más le llamó la atención. Fue también un recordatorio de lo diferente que había sido la vida de Finn hasta entonces. Sin embargo, con el tiempo y la convivencia diaria, Finn empezó a aprender poco a poco. Gracias a esa interacción continua, fue descubriendo cómo divertirse y, finalmente, comenzó a disfrutar del juego.


Hoy, después de ese proceso, la actividad favorita de Finn es precisamente jugar con Daniel.
Por qué Daniel eligió a Finn
Cuando le preguntan por qué decidió adoptar a Finn, Daniel lo tiene muy claro. Sus palabras reflejan exactamente lo que sintió en aquella primera visita:
“Me dio mucha pena cuando lo vi. A diferencia de los demás perros del albergue, que eran más activos y próximos a las personas, él tenía cara de pena. Se me sentaba al lado, pero no me miraba; solo se acercaba, pero miraba a otro sitio, con corte indiferente. Y pensé que a lo mejor yo podría hacer que estuviera más animado si se venía conmigo.”

Esa mezcla de fragilidad y discreción fue lo que lo llevó a tomar la decisión definitiva. Vio algo diferente en Finn, y quiso darle la oportunidad que merecía.
La llegada de Nala a la vida de Finn
Además de Daniel, Finn también ha encontrado a una nueva compañera de juegos llamada Nala.
“Mi chica tiene una perra (Nala) con la que Finn juega mucho y se divierte bastante. Afortunadamente ya sabe cómo jugar así que entre los dos dan mucha guerra cuando están juntos, pero todo de forma muy divertida siempre.”


Finn, que llegó con indiferencia y sin saber jugar, hoy disfruta de una vida donde el cariño, el aprendizaje y la compañía forman parte de cada día.
Su historia demuestra que adoptar es un proceso que está lleno de momentos que valen la pena. A veces, los vínculos más especiales empiezan de la forma más simple: con un perro que decide sentarse a tu lado y una persona dispuesta a darle una oportunidad.
¿Te gustaría conocer más historias como la de Finn? Aquí tienes otras adopciones que inspiran:
Si tú también quieres ampliar la familia, en Tiendanimal colaboramos con protectoras y asociaciones para ayudar a los animales que buscan un hogar. Pásate por cualquiera de nuestras tiendas y pregunta por nuestro servicio de adopción. Además, visita nuestra plataforma Adopta con Tiendanimal y encuentra al compañero de cuatro patas que lleva toda la vida esperándote. ¡Tu mejor amigo está aquí!
