Buscamos ayuda para que el abuelo FAUSTINO (más de 4 años en una jaula) no muera en el albergue FAUSTINO es un juguete roto. Apareció abandonado atado a una ventana por alguien en quien confiaba. Alguien a quien si le dejaba que lo tocara y lo atara. Pero, cuando llegó a nosotros, estaba muerto de miedo. No acepta el contacto humano. Quiere lejos a las personas... hasta que sabe que no le van a hacer daño y las quiere. Eso le ha pasado con las personas que trabajan en el albergue. Sabe que no le van a hacer nada, que respetan que no quiere contacto, y así se entienden. Él es muy listo, sabe todos los horarios, cuando toca salir al patio, la señal para volver a entrar... Pero no confía en que la gente le toque, si le tocas marcará y podrá hacer daño. Para ir al veterinario o ponerle el arnés para pasear se utiliza un bozal. Cuando está en el monte, en sus paseos, va a buscar caricias y contacto, como diciendo. "Gracias colega, esto me gusta". No es un perro para una persona sin experiencia, ni conocimientos. Pero sabemos que aquella persona que le de un espacio seguro, tiempo y paciencia agradecerá siempre haberle conocido