A veces, la tristeza más profunda no se expresa con palabras, sino con una mirada. La de Mila es una mirada que lo dice todo: una mezcla de dolor, de soledad… y de esperanza. Una mirada de eterna tristeza que conmueve a quien la conoce. Mila fue abandonada en las calles, embarazada, buscando comida entre los contenedores. Sobrevivía esquivando coches, ignorada por todos, invisible. Finalmente, acabó en la perrera… y allí, en el peor de los lugares, dio a luz a sus cinco cachorros. Ninguno logró sobrevivir. Fue un golpe devastador para un alma ya rota. Pero el destino quiso darle otra oportunidad. Gracias a sus ángeles, Mila salió de ese infierno. Ya no tiene que pasar hambre ni vivir con miedo. Ya no está sola. Ahora está a salvo, cuidada, y por primera vez en mucho tiempo, tiene un lugar donde descansar. Sin embargo, aún no ha encontrado lo que más necesita: un hogar donde sentirse amada de verdad. Sabemos que no será fácil. Mila tiene la piel atigrada, y por desgracia, eso hace que muchos ni se fijen en ella. Pero no queremos a cualquiera para Mila. Buscamos a alguien que mire más allá de su apariencia, que vea su nobleza, su ternura, su bondad infinita. Porque a pesar de todo lo vivido, Mila no guarda rencor. Es una perra dulce, tranquila y amorosa, lista para entregarse por completo si alguien le ofrece amor sincero. Creemos que esa mirada triste que hoy tiene volverá a brillar con alegría el día que alguien la mire con cariño y le diga: “Tú te vienes conmigo, ya no estás sola”. ¿Y si fueras tú esa persona? Rellena nuestro cuestionario de adopción pinchando aquí y cambia para siempre la vida de quien solo necesita ser querida para volver a sonreír.