Apareció abandonada en una colonia controlada, estaba resfriada y tenia mucha hambre, parecía que nunca había probado la comida húmeda. En poco tiempo se hizo a la alimentadora y se acercaba y le agradecía con la cabeza que le diera de comer y siempre se quedaba en el mismo sitio, porque el resto de gatos no la quería en la colonia y ella tenía un poco de miedo. Hasta que un día la sacamos de la calle desde entonces está en acogida, pero necesita un hogar donde le den todo el amor que se merece.