El verano es la época del año en que el estanque debe lucir en todo su esplendor. Es cuando los peces y las plantas tienen su máximo crecimiento, florecen y muestran sus colores más bonitos. Si has hecho bien las tareas durante el año, la época estival es el fruto de todos tus esfuerzos y cuando más disfrutas del estanque, su belleza y tranquilidad.
Así como las plantas crecen sin pausa en la temporada de calor, también las algas y las bacterias proliferan, ambas pueden arruinar la calidad del agua rápidamente. Es necesario vigilar el estanque para detectar síntomas en forma temprana y hacer los cambios necesarios para mantenerlo en su mejor forma.
Uno de los parámetros que hay que controlar es el oxígeno disuelto en el agua. A medida que el agua se calienta es capaz de contener menos oxígeno libre; al mismo tiempo los peces están en su período de máxima actividad y requieren más oxígeno. Esta combinación puede ser muy problemática, especialmente en estanques con muchos peces o muchas algas y plantas (que consumen oxígeno durante la noche). Si la carga de peces no es muy alta, será suficiente con una cascada grande o una fuente, pero ante la duda será mejor instalar un aireador exterior para mayor seguridad.
Durante el verano los peces están más activos y comen mucho más que en el invierno. Por otro lado cualquier resto de comida o elemento orgánico se pudre rápidamente con el calor. Esto hace que se generen deshechos orgánicos tóxicos, como el nitrógeno, los nitritos y los nitratos. Para eliminarlos necesitas reforzar el filtrado biológico del estanque usando un filtro con capacidad suficiente para el volumen de agua. La única forma precisa de controlar los valores de deshechos nitrogenados en el agua es usando los tests que se venden en los comercios especializados.
La mayor exposición al sol en el verano sumada al aumento de los nitratos y fosfatos en el agua trae como consecuencia la proliferación de algas de distintos tipos: las unicelulares que tiñen el agua de verde y las más grandes (de espuma, de hilo o de pelo) que afean el estanque. Una de las principales tareas del verano es combatir las algas, pues hay que evitar por todos los medios que se establezcan para siempre. Se pueden usar distintos productos químicos para eliminarlas, pero volverán si no se corrigen los parámetros que favorecen su aparición. Para esto se necesita un buen filtro biológico, tener una población de plantas que compitan con las algas por los nutrientes y crear corrientes de agua que la mantengan en movimiento. Recuerda que una pequeña población de algas es beneficiosa para eliminar los nitratos y servir de alimento a peces, bacterias e insectos. Las algas grandes se pueden recoger con la mano o usando una red fina y las unicelulares se eliminan en un 100% con los filtros con luz ultravioleta.
En el caso de que tengas peces, recuerda que en el verano hay que alimentarlos hasta 4 veces al día con un alimento con mayor contenido de proteínas. De todos modos procura no sobrealimentarlos, pues todo lo que sobre o la mayor cantidad de materia fecal que generen contribuye a desmejorar la calidad del agua y favorecer la aparición de algas.
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