Alimentación de un perro o gato cachorro

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¿En qué consiste la alimentación básica de un gatito?

Los gatitos comienzan a comer alimentos sólidos a partir de los cuatro a cinco semanas de edad. Existen numerosos alimentos excelentes, secos o húmedos, para gatitos en crecimiento que se pueden empezar a utilizar a partir del destete (sobre los 21 días).

La dieta del gato tiene que estar equilibrada, al igual que la de un ser humano. Necesitan proteínas (para el crecimiento), ácidos grasos (para mantener el pelaje brillante), vitamina A (para los ojos), calcio y vitamina D (para tener unos huesos y dientes fuertes), y carbohidratos (que les den energía y fibra). No necesitan vitamina B12, y la vitamina C y K las fabrican ellos mismos. Los alimentos secos, las golosinas y los juguetes para gatos ayudan a ejercitar los dientes y encías, y previenen la formación de sarro.

¿Cuál es la alimentación básica del cachorro en crecimiento?

Las necesidades de un animal varían según su edad, estado o grado de actividad. El cachorro recién nacido se alimenta de la leche materna hasta aproximadamente los 21 o 30 días de edad; llegado este momento deberá comenzar a tomar un alimento de alta calidad para cachorros, ya sea pienso, comida húmeda o papillas. Este tipo de alimento deberá darse hasta los 10 a 12 meses en razas pequeñas y hasta los 14 a 18 meses en razas gigantes. Existen alimentos de cachorros para todos los tamaños de perro, con distintos sabores, distintas composiciones y distintos precios. Nunca deberemos escatimar en la alimentación de nuestro mejor amigo, especialmente en sus primeras etapas de desarrollo.

El alimento del cachorro debe repartirse en varias tomas diarias (3-5), lo cual permitirá una correcta asimilación de los nutrientes, evitando los peligrosos “empachos” que suceden si le damos todo el alimento en una sola toma al día. La cantidad de alimento diario se aproximará a lo que recomiende el fabricante, pero siempre bajo la supervisión del veterinario; no es que los datos del fabricante no sean fiables, sino que dos hermanos de la misma camada pueden comer cantidades totalmente distintas y mantener el mismo estado corporal y sanitario. No es bueno quedarse corto, ni pasarse, ya que la sobrealimentación del cachorro es una de las principales causas de obesidad en el adulto.


¿Pienso o dieta casera?

No todos los alimentos comerciales del mercado presentan los mismos aditivos y no todos emplean los mismos productos y subproductos (ingredientes) para la elaboración del alimento final. Las grandes empresas de alimentación animal incorporan ingredientes de alta calidad y alto valor biológico, utilizando únicamente los aditivos oportunos y legalmente permitidos para favorecer la óptima conservación del alimento.

Es posible lograr un correcto balance nutricional con una alimentación casera, pero también resulta muy complicado. Para llegar a buen término con nuestra intención de alimentar de forma “más sana” y “natural” a nuestro perro o gato, tendremos que contar con el asesoramiento de un veterinario en materia nutricional, así como con el cumplimiento a “rajatabla” por nuestra parte de la formulación sugerida por el profesional.

Muchas de las recetas caseras que podemos encontrar en publicaciones suelen ser incompletas y en la mayoría de las ocasiones no han sido evaluadas para su uso durante periodos prolongados. La elaboración de dietas caseras, aparte de lo anteriormente comentado, requiere conocimiento, motivación, recursos económicos y atención continua y estricta a todos los detalles de la receta.

¿Cada cuánto debe comer el gatito?

Hasta que tienen cinco meses los gatitos deben comer cuatro o cinco veces al día. Desde los cinco a los doce meses, podemos reducir el número de tomas. Sin embargo, en lo que se refiere al consumo de alimento y, a pesar de tenerlo expuesto todo el día, los gatos prefieren comerlo poco a poco, en múltiples tomas (de 15 a 20) y durante toda la jornada. Por tanto, no existen reglas fijas sobre cuanto o cuando come el gato. Lo que si debemos procurar es que la comida sea reciente y por tanto apetecible.

Debemos limpiar el cuenco de comida del gato para que no tenga trozos secos (en los alimentos húmedos), antes de ponerle comida nueva. Durante el verano es mejor guardar la comida en la nevera y calentarla un poco antes de dársela (alimentos húmedos). A los gatos les gusta la comida a temperatura ambiente.

¿Qué puedo hacer si mi gato o perro están obesos?

El problema de la obesidad en nuestras mascotas afecta a un 24-30 % de los ejemplares que visitan las clínicas veterinarias. Por definición, la obesidad es la acumulación de una cantidad excesiva de grasa en el organismo, produciendo un aumento de peso. Pero tengamos muy presente que no podemos definir la obesidad como un aumento de peso del animal, ya que este podría deberse a causas distintas al acumulo de grasa, como la hipertrofia muscular en ejemplares que hacen mucho deporte, o la retención de líquidos en la cavidad abdominal. Existen tres categorías dentro de la presencia de sobrepeso:

  • Los animales con peso entre el 1 y el 9% superior al óptimo. Sólo podemos decir que el perro o el gato está por encima de su peso correcto.
  • Ejemplares con un 10 a un 19% de peso superior al óptimo. Estos animales tienen sobrepeso.
  • Los que superan el 20% del peso óptimo. Aquí podemos hablar claramente de obesidad.

La obesidad no es un problema estético sino una enfermedad. El exceso de grasa corporal provoca alteraciones en la salud y afecta de forma clara a la longevidad de nuestros amigos: alteraciones metabólicas (intolerancia a la glucosa, complicaciones en la anestesia), endocrinopatías (diabetes), alteraciones funcionales (estrés articular, dificultad respiratoria, hipertensión), y otras enfermedades.

El tratamiento de la obesidad no pasa exclusivamente por la administración de una dieta, sino que debe atacarse por tres frentes: plan de alimentación, plan de ejercicios y reevaluación del caso por parte del veterinario.

En lo referente al plan de alimentación es recomendable ponerse en manos del profesional para plantear el mejor programa dietético; debemos ajustarnos a unas necesidades nutricionales cuya especialización requiere algo muy distinto a una dieta elaborada en casa, por lo que ningún compañero veterinario propondrá una dieta que tu puedas seguir en tu hogar. No debemos olvidar los otros dos puntos: un plan de ejercicios adecuado al estado físico y sanitario del animal y una reevaluación del peso de la mascota en los plazos que marque el especialista.


¿Cuándo se requieren dietas especiales?

Las dietas veterinarias son alimentos de alto potencial curativo; no son fármacos, sino “recetas” elaboradas específicamente para cada patología, añadiendo o recortando los nutrientes que favorecen o perjudican a cada patología en concreto. Actualmente, gracias a la práctica diaria podemos confirmar que dichos productos han aumentado la calidad de vida y la vida media de nuestras mascotas.

En patologías como la hepatitis o enfermedades cardiacas la dieta será un punto importante del tratamiento, pero debemos incorporar fármacos específicos para la completa curación. El alimento dietético favorece el estado general del animal, evitando el aporte nutricional de ingredientes o nutrientes que podrían perjudicar, como la sal en las patologías cardiacas, y aportando los ingredientes y nutrientes que favorecen la curación o la estabilización de la patología en curso.

La eficacia, en definitiva, depende del tipo de patología y de la correcta elección por parte del veterinario.

¿Es importante el agua para nuestro gato o perro?

Tengamos presente que hablamos de un producto de vital importancia, de un nutriente esencial y, en muchos casos, el menos valorado. Una dieta correcta es la principal condición para que nuestras mascotas disfruten de la mejor salud; un animal sano tiene entre un 50 y un 60% de su peso total en forma de agua, y en el caso de los cachorros este dato puede alcanzar el 75%.

Nuestras mascotas deben disponer siempre de agua limpia y a una temperatura agradable: ni fría, ni caliente. Si no cumplimos con estas sencillas normas consumirá una menor cantidad de la necesaria para cubrir sus necesidades; por el contrario, si el agua está “en su punto”, el animal ingerirá la cantidad óptima para su mantenimiento.

Un animal puede sobrevivir tras la pérdida de casi la totalidad de su glucógeno, tras la pérdida casi total de su grasa almacenada e incluso también sobrevive si sufre una pérdida de la mitad de sus proteínas, pero si nuestra mascota sufre una pérdida del 10 % del agua total de su organismo, los daños producidos pueden ser muy graves. Mediante la ingestión de agua o de alimentos, nuestras mascotas cubren el 90 % de sus necesidades diarias de agua; si el alimento de nuestra mascota es húmedo, es lógico que necesite beber menor cantidad de agua que otro animal que se alimente exclusivamente de pienso.

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